Diez Pequeños Pero Grandes
Con motivo de la beatificación del joven Carlo Acutis, Preca Publications publicó el libro Għaxra Żgħar Imma Kbar (Diez Pequeños Pero Grandes), de Robert Aloisio. Este libro escrito en maltés analiza la vida de diez jóvenes, muchos de ellos variados, que dieron testimonio de su fe en Cristo con sus palabras y acciones. El libro es ideal para todos los adolescentes y para quienes los cuidan porque muestra claramente que es posible vivir una buena vida en el siglo XXI.
«Todas las personas nacen originales pero muchas mueren como duplicas.» Estas palabras no fueron dichas por ningún filósofo o erudito famoso de la antigüedad. Las expresó un joven de 15 años llamado Carlo Acutis, declarado beato el 10 de octubre de 2020.
Carlo era un genio de la informática, pero no sólo eso. Era un joven santo. Quizás hoy muchos podrían preguntar: «¿Entonces puedes convertirte en santo hoy en día? ¿Y cómo pueden los niños y los jóvenes convertirse en santos en el siglo XXI?
Sí, hay niños y jóvenes que son santos. Y ciertamente no son niños aburridos. Son alegres, creativos, fascinantes… ¡cool! Niñas y niños que nos hablan del bien que hacen. Jóvenes que vivan para el Señor y no para los falsos ídolos del mundo. Estos son los verdaderos benefactores de la humanidad porque iluminan el mundo con su virtuosa imaginación.
Valientes, fuertes, que nunca se rinden, los jóvenes santos son misioneros del bien y de la verdad. Reflejan los rayos de la santidad de Cristo, de su bondad, de su justicia. Este libro es un modesto homenaje a estos pequeños santos que provienen de diferentes países y culturas pero que son ejemplos a seguir.
Además de Carlo Acutis, el libro incluye a otros tres jóvenes cuya santidad ha sido oficialmente reconocida por la Iglesia: Chiara Badano, joven de 19 años, miembro activo del Movimiento de los Focolares y declarada beata en 2010; Nunzio Sulprizio, el niño santo de Nápoles que murió en 1836 y fue declarado santo en 2018; y José Sánchez del Río, el mártir mexicano que fue asesinado por funcionarios del gobierno durante la Guerra Cristera en 1928 y fue declarado santo en 2016.
Luego, el autor analiza a otros seis jóvenes que aún no han sido declarados santos ni beatos: Janis Babson, la niña canadiense que donó sus ojos; Bernard Lehner, el niño alemán de la época de la guerra; Michele Magone, el joven discípulo «general» de Don Bosco; Mariah Manisha, la «Maria Goretti» de Pakistán; Iqbal Masih, el niño activista de los tejedores de alfombras; y el maltés Gilbert Simiana, llamado «Domenico Savio» de Malta.
En tiempos difíciles todo parece incierto y la gente sospecha de todo. Estos jóvenes nos enseñan que la fe nace de la confianza, como la de un niño en su padre. Nos enseñan entusiasmo, sencillez, amabilidad. Nos enseñan a no complicar las cosas. Nos enseñan humildad y confianza en los demás. Porque los niños leen el corazón, no las palabras. Sobre todo nos enseñan a creer, porque todos fueron niños y jóvenes que creyeron plenamente.
Eran jóvenes de edad pero grandes en fe.