El Fundador

Sin duda, San Jorge Preca fue una verdadera luz en estas islas maltesas, pero como a él mismo le gustaba repetir una y otra vez a los demás, «no estamos hechos para quedarnos aquí para siempre». Con el sol del ocaso estival, San Jorge Preca falleció el 26 de julio de 1962, hacia las 19.45. Rezando y meditando el Evangelio hasta el final, su muerte fue una memoria de su vida. Su funeral fue un monumento a sus acciones, pues unas 20.000 personas acudieron a Hamrun para ver por última vez a este hombre tan querido.

Muchos contaban historias extraordinarias sobre él y estaban dispuestos a proclamar su santidad. Algunos hablaban de curaciones que había logrado con una palabra o una mirada, otros del misterioso poder que pasaba de él a las personas con el toque de una mano, dejándolos extrañamente tranquilos y en paz. Algunos decían que había previsto el futuro, como cuando profetizó la guerra de 1914 con un mes de antelación.

La causa de canonización del P. Jorge Preca se inició en 1975. Fue beatificado el 9 de mayo de 2001 por Juan Pablo II y declarado santo el 3 de junio de 2007 por Benedicto XVI.

San Jorge Preca ciertamente puede ser venerado sobre todo por su voluntad de servir como instrumento en las manos de Dios, una herramienta idónea y humilde en la renovación de la fe en las Islas Maltesas; fe que nos fue transmitida por primera vez por ese otro gran apóstol, Pablo de Tarso.